Alrededor de un crimen, no sólo hay una víctima; tiene múltiples consecuencias sociales. Los hijos de prisioneros, son de los más afectados, pues caer en la delincuencia podría ser un patrón a seguir y convertirse en un círculo vicioso difícil de detener. Por eso es urgente voltear a ver a los llamados “Convictos Colaterales”. En California, ya no podían postergar atender a esta población.